EL NEY COMO INSTRUMENTO DE SANACIÓN Y DE CRECIMIENTO INTERIOR.
El ney es considerado por los Sufis como la voz del alma, el aliento divino creador, y yo creo que no se equivocan, cuando se toca este instrumento se experimentan estados de conciencia muy especiales debido a que se está jugando con la respiración y la vibración manifestándose a través de la caña, surgiendo un sonido de una gran belleza y evocación que en ocasiones se asemeja más al canto vocal que al de una flauta. Muchas son sus simbologías y atributos, pero la más evidente para mi es la que lo compara con la flor de loto, pues los dos (caña y loto) son símbolo de la humildad, ya que nacen en el barro, pero crecen buscando la luz y queriendo alcanzar el cielo.
Los Sufis lo consideran el símbolo de ser humano perfecto que , vaciado del ego, no ofrece ninguna resistencia al aliento divino, convirtiéndose así en un canal de lo más elevado.
Siguiendo esta línea se puede decir que el trabajo de aprender a tocar el ney no consiste en una simple técnica musical e instrumental, sino que además se trabaja la parte interna del ejecutante, ya que en última instancia el músico es el ney, convirtiéndose así en el verdadero instrumento del Artista Supremo.
En el sufismo el Ney se utiliza como un instrumento ritual con el que se comienzan las ceremonias de SEMA (giro de los derviches), y en realidad es una invocación de la presencia divina, una plegaria realizada con el sonido y la música, más allá de las palabras, usando el lenguaje del corazón , lanzando un mensaje al alma que provoca una transformación interior y una llamada a la unidad, al reencuentro.
Por esa razón el ney es una importante herramienta para la MÚSICA SUFÍ SANADORA, técnica milenaria que desarrollaron los chamanes de Asia Central y que posteriormente se ha utilizado con mucho éxito en los hospitales de Al-Andalus y del Imperio Otomano como una forma de equilibrar cuerpo, emociones y espíritu.
Muchos son los secretos encerrados en el ney, en este taller te ayudaré a descubrirlos.
Para esto realizaremos una serie de trabajos vivenciales donde conectaremos con nuestro ser interno y ayudarnos así a desplegar nuestras capacidades latentes por medio de la sensibilización a la energía, la visualización creativa, el movimiento energético, la respiración, el trabajo con la voz y la improvisación, mantras sufíes, entre otras experiencias vivenciales que nos ayudaran a la apertura del Corazón, y todo esto nos va a hacer comprender el verdadero sentido de este instrumento de transformación interior y alquimia interior que es el ney, ya que no es solo un instrumento musical, sino mucho más….
En este taller tomaremos contacto con el ney y también se impartirá una sesion de MÚSICA SUFÍ SANADORA (Musicoterapia Andalusí y Oriental) a los participantes con música en directo, donde se podrá experimentar la capacidad sanadora de este instrumento que para mi ha sido la puerta de entrada a a esta Antigua técnica sufí utilizada antiguamente en los hospitales de Al-Andalus y Oriente Medio.
En definitiva, este taller esta planteado como una iniciación, a muchos niveles, para aquel que quiere introducirse en el mundo del ney y de la Musicoterapìa Oriental y que está interesado en realizar un trabajo de crecimiento y de transformación interior, así como para aquellos que quieren comenzar el estudio la Música turca y conctinuar con las enseñanzas de la Musicoterapia Oriental.
Para este taller de iniciación a el ney como instrumento de sanación y de alquimia interna, no hacen falta conocimientos previos de música, solo estar abierto a experimentar y a compartir.
CANCIÓN DE LA CAÑA
Escuchad la canción de la caña:
Cómo lamenta el dolor de la separación:
“Desde que fui cortada de mi cañaveral,
mis lastimeras notas hacen llorar a hombres y mujeres.
Busco a los de corazón desgarrado por la separación,
pues solo ellos entienden el dolor de esta añoranza.
Anhela el día del retorno cualquiera que sea separado de su tierra natal.
A coro con los que se regocijan o entristecen lanzo el mismo lamento.
Cada cual lo escucha según su propia comprensión,
más nadie ha desentrañado los secretos de mi interior.
Mi secreto se encuentra en mi lamento, más un ojo o un oido sin luz no pueden conocerlo…”
Del fuego y no del viento procede el sonido de la caña.
¿Para qué vale la propia vida sin este fuego?
Es el fuego del amor el que otorga música a la caña,
Es el fermento del amor el que da sabor al vino.
La canción de la caña alivia el dolor del amor perdido
y su música levanta los velos del corazón.
¿Existe acaso veneno más amargo o azúcar más dulce que la melodía de la caña?
Si queries llegar a oírla,
Habréis de abandonar todo cuando alguna vez hayáis sabido.
MASNAVI de Rumi